579. De último momento (Edge/Nesmith)
Hacia el final de otro año fatídico, siguieron sonando las notas que expresaron el duelo por los rockeros caídos en el cuarto trimestre del 2021. En octubre, la Parca pasó de puntitas, sin hacer mella, pero en noviembre y diciembre escogió a dos de ellos para llevárselos. El uno alejado estilísticamente del otro -ambos en la antípodas–, pero unidos por su pertenencia a un mundo que hace comunidad sin importar qué, aún en una realidad actual en constante confusión y temor. El rock volvió a sonar para despedir, para sanar, para recordar que debemos continuar…
Graeme Edge, el baterista cofundador de The Moody Blues en 1964, falleció a los 80 años de edad (11 de noviembre del 2021) en su casa de Florida, en los Estados Unidos. Su compañero de banda, John Lodge, escribió un mensaje con una referencia lírica a su canción “The Dream”, que coescribió con Edge: “’Cuando el águila blanca del norte vuela sobre nuestras cabezas’ … lamentablemente Graeme nos dejó hoy. Para mí, él era el Águila Blanca del Norte con su hermosa poesía, su amistad, su amor por la vida y su estilo ‘único’ de tocar la batería que era la sala de máquinas de los Moody Blues”.
Edge nació en la ciudad de Rocester, en Staffordshire, el 30 de marzo de 1941; su madre era pianista de películas mudas y su padre, abuelo y bisabuelo cantantes de music hall. Después de dirigir la Blue Rhythm Band local, se convirtió en miembro fundador de Moody Blues junto a Ray Thomas, Mike Pinder, Clint Warwick y Denny Laine.
Graeme tocó la batería en todos los lanzamientos de la formación original para la compañía Decca, que incluyeron una versión de “Go Now” de Bessie Banks, un éxito en las listas del Reino Unido y una serie de lanzamientos sin huella.
Edge colaboró con el grupo para hacer la transición hacia un sonido más progresivo con la partida de Laine y Warwick y la llegada de Lodge y Justin Hayward. El álbum Days Of Future Passed fue el primero de una serie épica de álbumes de rock experimental y señero, que aglutinaron poesía, folk, misticismo y otros elementos en una mezcla única.
Edge coescribió la letra de “Morning Glory” y del track “Late Lament / Resolvement” que cierra del álbum de 1967. Asimismo, escribió y narró el breve e introductorio “Departure” para el siguiente álbum: In The Search of The Lost Chord.
Este músico estuvo siempre presente en la batería y la percusión en cada lanzamiento de estudio posterior y en las exhaustivas giras del grupo, muchas de las cuales se centraron en l ámbito estadounidense. Continuaría contribuyendo con poesía y narración a los siguientes lanzamientos de la banda, escribiendo el instrumental rockero “Beyond” para To Our Children’s Children’s Children de 1969.
Sus otros créditos incluyen “Don’t You Feel Small” para A Question of Balance; “After You Came” para Every Good Boy Deserves Favor; y “I’ll Be Level With You” para la reunión de la banda en 1978, Octave. Su “Going Nowhere” fue en The Present de 1983 y “Nothing Changes” en Strange Times de 1999.
Durante el paréntesis que se tomó el grupo a mediados de la década de 1970, cuando todos los miembros se dedicaron al trabajo como solistas, el baterista formó la Graeme Edge Band y editó dos álbumes, Kick Off Your Muddy Boots de 1975 y Paradise Ballroom de 1977.
El histórico epíteto «conceptual» nunca tuvo más significado que con Moody Blues y su flemático sonido sinfónico, prototipo del rock progresivo. El uso de diversos instrumentos de cuerda, la sutil experimentación electrónica del Melotron, junto a la imaginativa variedad compositiva y bellos arreglos vocales, conjuntaron su bien ganada reputación de puntales del género, de los que Graeme Edge fue un ilustre miembro y el último fundador original.
En un resquicio temporal de los años sesenta surgió del mainstream una propuesta musical distinta, original, bien construida entre las paredes de la reputada máquina creadora de hits llamada Brill Building y la fresquísima cultura pop: The Monkees.
Propuesta que se haría de un lugar, a base de calidad compositiva, entre todos los gigantes que nacían al parecer sin límite en la escena rockera.
La historia de este grupo es más que sabida. Un proyecto ideado para enfrentarlo a los Beatles y que la industria estadounidense apoyó con la mejor arma con que contaba: la televisión. Ésta dotó de anécdota al proyecto (con el ejemplo de A Hard Day’s Night de Richard Lester), además de dos conceptos extra: el humor y la ambientación pop.
Los productores hollywoodenses reunieron en torno a sí a buenos guionistas, directores y realizadores con argumentos y técnicas estilísticas novedosas y a una poderosa batería de noveles compositores de canciones procedentes del mencionado Brill Building (Carole King, Neil Sedaka, la dupla de Tommy Boyce y Bobby Hart y, sobre todo, Neil Diamond).
Y seleccionaron entre cientos de aspirantes a Mike Nesmith, Mickey Dolenz, David Jones y Peter Tork. La leyenda dice que ellos no cantaban ni tocaban los instrumentos, cosa que harían músicos de estudio. La realidad fue que a la larga ellos mismos serían los instrumentistas en las grabaciones.
Las muy bien escogidas canciones y el estudio de todos los detalles dieron como resultado una auténtica receta para el éxito, así como ventas millonarias de sus cuatro primeros discos. Los Monkees se convirtieron al instante en el grupo más popular del mercado más grande del mundo: los Estados Unidos y de la infinidad de países que retrasmitieron la serie.
Hoy, generalmente cuando se habla sobre ellos se hace como si fuera tan sólo un grupo prefabricado y para derramar nostalgia sobre tiempos idos. Esto implica tratarlo sin la importancia que merece, no reconocerle la trascendencia cultural que tuvo como parte de la historia del género, del cancionero memorable, de los medios, con sus avances tecnológicos, y del pop como movimiento estético. Elementos cuyas implicaciones sociales se derramarían en muchos ámbitos.
En el 2021 falleció el tercer monkee: Mike Nesmith (10 de diciembre) Este músico consiguió incorporar varias piezas suyas a la lista de éxitos del grupo. Nesmith cuenta en este haber con tracks como los célebres “Mary, Mary”, «Tapioca Tundra» o “The Girl I Knew Somewhere”, firmadas por él.
En resumen, la buena cosecha de canciones del grupo representó un impacto potente y directo sobre el sonido sesentero en su continuo flujo de géneros. Las piezas de Mike Nesmith cuentan con la trascendencia atemporal de una dimensión y un valor que las ha hecho únicas e independientes de los ecos mediáticos.
Otros caídos en tal trimestre: Robbie Shakespeare (del famoso dueto de Sly & Robbie, productores y sección rítmica afincados en el reggae y el dub, que colaboraron en cientos de discos de variada gente, incluyendo rockeros, murió el 8 de diciembre).
A todos ellos: ¡GRACIAS!