Por SERGIO MONSALVO C.

Página Web


Colin MacInnes fue un inglés que retrató una época para la eternidad y con ello se ganó además un lugar en la historia de la literatura universal. Nació en Londres en 1914 como hijo único de un cantante de música popular y de una novelista, Angela Thirkell. De niño conoció de cerca a Rudyard Kipling porque éste visitaba la casa de sus padres y le contaba historias de la India y de sus viajes por la Gran Bretaña.

Cuando MacInnes cumplió los seis años de edad se mudó con su familia a Australia donde vivió toda su infancia y pubertad. Estaba contento en aquel lugar pero sus padres se divorciaron y él tuvo que regresar al Reino Unido con su madre en 1930. Trabajó en diversos oficios durante su juventud y al mismo tiempo estudió pintura en Londres. A la postre se enroló en la Inteligencia Británica durante la Segunda Guerra Mundial.

Su experiencia durante la guerra le sirvió de material para escribir guiones para la radio en la BBC. Con este bagaje, además, comenzó su primera novela (To The Victors The Spoils) que al ser publicada obtuvo relativa notoriedad. Ello le allanó el camino para dedicarse de lleno a la escritura. A partir de ahí se volvió autor de numerosas obras y el éxito le llegó con Absolute Beginners (Principiantes, en su traducción al español), segundo libro de una trilogía que lo encumbraría en las letras británicas.

Absolute Beginners se centra, al igual que su otras dos novelas: City of Spades y Mr Love and Justice, en la ciudad de Londres, en su juventud y la cultura de los inmigrantes durante fines de los años cincuenta.  La trama se lleva a cabo en el barrio de Notting Hill, un área de la capital británica cuya población estaba compuesta de mezclas raciales y lo que se daba en llamar un “ambiente decadente y bohemio”.

Las tribus urbanas, el racismo, las drogas, la bisexualidad, la anarquía y la música, sobre todo, son los elementos que componen Absolute Beginners, una historia sobre el nacimiento de los mods, de su forma de vida y de la subcultura que generaron.

(El término mod, es el apócope de la palabra “modernista”, una subcultura social y musical que definió a los jóvenes rebeldes de aquella época, en Londres, que exigía estar a la moda en todo lo moderno: ropa, sonoridad, baile, clubes de música, medio de transporte, y el soporte de una dieta basada en las anfetaminas.)

La novela de MacInnes fue publicada en 1959 y fue la puerta de entrada al underground que preludió el “Swinging London” y la ubicación de esta ciudad como centro de la cultura juvenil a nivel mundial en el primer lustro de los años sesenta.

Es un texto narrado en primera persona desde la perspectiva de un adolescente, en su última etapa como tal (19 años), que trabaja como fotógrafo freelance involucrado en la vibrante vida del Londres occidental, donde los marginados (artistas bohemios, yonquis, desempleados, gays), los inmigrantes caribeños y los jóvenes rebeldes crean una cultura (no sin enfrentamientos y tensiones raciales) basada en la moda de la vestimenta y las (motocicletas) scotters italianas, el jazz moderno, el rhythm & blues y soul provenientes de los Estados Unidos.

A través de Absolute Beginners, MacInnes explora el nuevo fenómeno adolescente de los mods y profundiza en la rebelión, la angustia juvenil y las dificultades que tiene al cruzar la línea sombreada hacia la adultez en medio de una sociedad a la que tiene en contra. La novela cuenta en la propia lengua de los involucrados todas estas cosas de una manera fresca y provocadora.

La novela de MacInnes fue llevada al cine por el director Julian Temple en 1986 y al teatro por Roy Williams en el 2007, con el mismo título. Y su influencia se dio en todos los ámbitos: en la ropa con Mary Quant (inventora de la minifalda), en la boutique Bazaar de Kings Road de Chelsea (para hacerse trajes a la medida), en Twiggy (la primera supermodelo); en la TV con el programa musical Ready Steady Go!, en la industria editorial con la revista Queen; en el cine en Blow Up de Antonioni, The Knack de Richard lester y Alfie de Lewis Gilbert.

En la música el álbum Quadrophenia  de los Who y la posterior película homónima, estuvieron fuertemente sustentados por la obra de MacInnes. La rock-ópera de Pete Townshend, guitarrista y compositor del grupo, está basada en la identidad de un adolescente y algunos de los temas que trata son la lucha por la autodefinición, la forma de vida mod, la esquizofrenia entre la vida del trabajo matutino y el reventón nocturno alimentado por las anfetaminas y los enfrentamientos con los rockers, el bando estético opuesto.

(Con energía irresistible, conciencia acendrada en el rock de lo que es la juventud y una variedad ilimitada de estilos, Townshend se inscribió en la historia del género al igual que The Who, con  espectáculos exaltados, una imagen acorde con la moda, tendencias revolucionarias y las excentricidades de Keith Moon –el baterista, por antonomasia–. Todo se conjugó con el poder de observación sutil sin límite del compositor, así como su extraordinario talento para escribir canciones. Sus agudos análisis vertidos en canciones, álbumes conceptuales y óperas-rock, figuran entre las declaraciones más importantes del rock.  Ya sea que hablara de los mods o toda la sociedad, su estilo autocrítico y caricaturesco también daba rienda suelta a sus propias frustraciones, fantasías y experiencias.)

Entre los grupos seguidores de la corriente mod de los sesenta estuvieron los mencionados Who, los Kinks, los Small Faces, The Yardbirds o el Spencer Davis Group. Todos lectores de MacInnes, todos participantes de la efervescencia cultural conocida como “Swinging London”. Sin embargo, con el surgimiento de la psicodelia y la cultura hippie, hacia mediados de la década, el periodo mod entró en decadencia (aunque su estela permanece hasta nuestros días).

En los setenta se dio un revival encabezado por Paul Wheller y The Jam, acompañado por la música ska a cargo de The Specials, Madness y The Beat. El libro de MacInnes les había servido de inspiración y piedra de toque para canalizar expresiones sociales y artísticas en una Inglaterra convulsa y represiva. Fue en este tiempo que un mod original, Randy Cozens, estableció el canon musical de la corriente en 100 piezas fundamentales, entre las cuales están: “Walking the Dog”, “Mr. Pituful”,  “Mercy, Mercy”, “Any Day Now”, “Rescue Me”, “Searching for My Love” o “Yes, I’m Ready”.

(A raíz de la activa apología de Cozens sobre los orígenes negros de la música mod, la revista musical especializada Sounds le pidió que elaborara una lista conocida como Mod Top 100 con los éxitos de tal música, la cual  se publicó en el número de agosto de 1979. Dicho aglutinado está compuesto por noventa y siete temas del soul, dos del ska y uno ficticio –como trampa para hipotéticos coleccionistas mentirosos o vivillos oportunistas que afirmaran tener la colección completa-. Ese enlistado hecho por el autor, se ha llegado a considerar como el legítimo canon de la música mod.)

En los noventa la escena del britpop mostró sus obvias influencias mod con grupos como Oasis, Blur y Ocean Colour Scene. Y los ecos de aquella corriente concretaron otro devenir en bandas como Libertines y Franz Ferdinand, por mencionar algunas. En la actualidad las cantantes del neo soul, los grupos del Northern Soul británicos, la escena electrónica alemana y la pop japonesa han recibido el influjo del poder mod, ya inmortalizado.

A la novela Absolute Beginners, de Colin MacInnes, se le cita como “la Biblia Mod”, la semilla fundamental de una cultura juvenil que floreció en los cinco años siguientes a su aparición. Dicho estilo de vida se extendió de Londres hacia los adolescentes británicos de todos los estratos sociales, y ese mismo inclusivismo expandió los gustos musicales del mismo más allá del modern jazz y el r&b: adoptó el soul  de la Motown, Atlantic y Stax, el ska jamaicano y el bluebeat. Su sonoridad se hizo internacional.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.