Soundtrack de la revuelta
68 rpm/1
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Medio siglo de una efeméride clave en la historia del siglo XX. Medio siglo también de la apabullante banda sonora que la envolvió. El de 1968 fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el “Año Internacional de los Derechos Humanos”. Sin embargo, para la historia social del mundo y para su memoria fue el año de la revuelta. Ésta se dio por doquier, con resultados ambivalentes en sus diversos escenarios. Dicha circunstancia tuvo en la música su pulso y su sonoridad: 68 revoluciones por minuto (rpm).
ANTHEM OF THE SUN (1)
GRATEFUL DEAD
Su método de trabajo (improvisación psicodélica) yuxtapuso refinadamente los inspirados momentos de las actuaciones en vivo con el trabajo de estudio. En tal mixología ácida incorporaron a su carisma y conceptualización a Robert Hunter como letrista; a Mickey Hart como segundo percusionista; las enseñanzas de John Cage y el uso de un variado instrumental alternativo, todo lo cual matizó la experimentación musical de sus largas jams y canciones hipnóticas. Portada: “Anthem”, ilustración de Bill Walker.
A SAUCERFUL OF SECRETS (2)
PINK FLOYD
Al frente de Pink Floyd, Syd Barrett eliminó los temas narrativos en la obra y experimentó, vía alteración de los sentidos, con composiciones metafóricas en la búsqueda de formas visuales y auditivas abstractas, que serían el mejor soporte para simbolizar al hombre en sus fantasías, sueños y viajes interiores. Era un devoto de la psicodelia, un instigador y explorador de tales vericuetos: mente-música-imagen. Fue apoyado en la creación musical por el resto de los miembros del grupo (es el único disco en el que actuaron los cinco integrantes originales). Portada: Hipgnosis.
ASTRAL WEEKS (3)
VAN MORRISON
La voz virtuosa de Van Morrison (plena de flexibilidad y ritmo) desgrana historias, melancolía, resonancias emanadas de lugares idílicos. Los jóvenes querían en el 68 hacer la revolución, pero también buscaban un rincón en la noche para amarse y soñar en lo que se es y en lo que habrá de convertirse. En tal obra hay mucho folk-rock, jazz y soul…un majestuoso trabajo. Portada: Foto de Joel Brodsky y diseño que simboliza, según el autor: “la unión entre el cielo y la tierra”.
A LONG TIME COMIN’ (4)
ELECTRIC FLAG
El disco A Long Time Comin’, fue de una frescura envolvente. Una ventana abierta a un amplio horizonte que trajo nuevos vientos. A pesar de haber sido un grupo fugaz, dejó algunas piezas que serían piedra de toque para futuras formaciones bajo dicho signo (“Groovin’ is Easy”, “Killin’ Floor”). La fusión, ideada por Mike Bloomfield, combinó la libertad y la complejidad del jazz con el carácter más directo y agresivo del rock (con sus vertientes blueseras, del soul y del funk). Portada: Foto de Jim Marshall.
ARS LONGA VITA BREVIS (5)
THE NICE
El rock sinfónico o progresivo, nació cuando se integraron temas de la música académica al rock. Su desarrollo estuvo estrechamente relacionado con la introducción y evolución de los teclados. Su uso le otorgó un carácter mayor y más bombástico a las piezas (con temas largos y la lírica de corte heroico, epopéyico, mitológico o de sci-fi). The Nice fue la formación que preparó al escucha para recibir a Keith Emerson, quien jamás se dio por satisfecho con tocar una sola nota musical si en su lugar podía tocar diez. Portada: Gered Mankowitz, diseño con fotos y rayos X de The Nice.
AT FOLSOM PRISON (6)
JOHNNY CASH
En el terreno del country Johnny Cash marcó las diferencias en dicha época. Lo hizo con este disco inaudito y revelador. Dio un concierto en tal prisión y también lo grabó contra todo. Cash, salido de un extracto social pobre y sabedor de sus carencias, deseos, frustraciones y resentimientos, del que surgieron muchos personajes de sus canciones, siempre se sintió cercano a los que caminaban por el lado oscuro del American way of life y a sus historias; a los forajidos que medraban fuera de la ley o habían sido atrapados. Portada: Foto de Jim Marshall.
BARE WIRES (7)
JOHN MAYALL’S BLUESBREAKERS
Los Bluesbreakers llegaron al fin (en su primera época) y Mayall quiso cerrar el cofre del tesoro con el álbum: Bare Wires. Lo hizo con sorpresas. Entre otras, con una larga suite que abre y le da nombre al disco, el cual recrea algunos momentos biográficos sofisticando de rock su aventura con el viejo blues, ahora con elementos psicodélicos y con la presentación de un nuevo guitarrista: Mick Taylor, a quien le brinda todo el espacio necesario para desplegar sus finas habilidades, incluso compositivas. Portada: foto y diseño de Peter Smith.
BLUES FROM LAUREL CANYON (8)
JOHN MAYALL
Mayall llegó a Los Ángeles en ese mismo 1968 y fue arropado por el afecto de músicos de la localidad de Laurel, principalmente por los miembros del Canned Heat. El cambio de aires, las sensaciones derivadas del contacto con la naturaleza, el tiempo para reflexionar y la revisitación de los standards primigenios del blues acompañado por músicos residentes, constituyeron la inspiración para este producto artístico de su nuevo status como solista. Portada: diseño de su propia foto a cargo de Mayall.
BEGGARS BANQUET (9)
ROLLING STONES
Los Rolling Stones enfrentaron de manera explícita la realidad social de entonces. Beggars Banquet se convirtió en un triunfo artístico. Desde la energía pura de “Street Fighting Man” hasta la malevolencia hipnótica de “Stray Cat Blues”. La canción “Sympathy for the Devil” (contenida en él) ha perdurado como una cuestión de fe rockera en la crítica libre de su entorno. Portada: la fotografía de Barry Feinstein es la imagen de un sanitario público sucio con numerosos graffii en la pared. Lenne Allik realizó el diseño.
THE BIRDS, THE BEES & THE MONKEES (10)
THE MONKEES
También se debe hablar de los discos siguientes de este grupo al finalizar la serie televisiva de la que fueron protagonistas, ya sin el apoyo mediático y con sus propias composiciones mayormente. Este fue su quinto álbum y consiguió entrar en las listas de éxitos (con tracks como «Daydream Believer» y «Tapioca Tundra»). La buena cosecha de piezas del grupo hasta este disco representó un impacto potente y directo sobre el sonido sesentero en su continuo flujo de géneros. Portada: Diseño de Allan Wolsky and Friends con fotos de memorabilia 1940-1960.
HEAD (11)
THE MONKEES
Ese mismo año el grupo se embarcó en un proyecto fílmico titulado Head. Dirigida por Bob Rafelson y producida y escrita por Jack Nicholson (con su participación y también la de Dennis Hopper y Frank Zappa). En el soundtrack, la memoria alterada de aquellos días festivos y de humor anárquico, estuvo más que presente en sus composiciones. El filme contó. Aunque en aquel momento pasó desapercibida, a la postre formó parte del gran fresco pop documental de la era. Portada: Hecha en papel aluminio y debía reflejar la cara y cabeza del escucha.
CHILD IS THE FATHER OF THE MAN (12)
BLOOD, SWEAT & TEARS
Impondrían un nuevo estilo. Todas sus incursiones en el terreno clásico académico, el avant garde y el jazz muestran claramente que esta ala del rock se dirigía a la parte “culta» del auditorio. Eran propuestas cerebrales, atractivas para adolescentes mayores y jóvenes con sensibilidad y de variada enseñanza. El rock ya no era sólo una forma sencilla de entretenimiento sino una sofisticada manifestación artística. Los tiempos estaban cambiando. Portada: Foto de Bob Cato y Don Hunstein, diseño: Howard Fritzson.
BLOOD, SWEAT & TEARS (13)
BLOOD, SWEAT & TEARS
El segundo disco de la agrupación fue extremadamente exitoso y no menos emocionante, a pesar de los cambios sustanciales en la formación. El LP llevaba la siguiente nota: «El renacimiento, la regeneración y el triunfo. Los ricos tejidos musicales de BS&T lo dejarán pasmado”. Una declaración atrevida y arrogante, pero real. El álbum contiene momentos memorables, incluyendo un arreglo progresivo de «Trois Gymnopédies» del compositor francés Erik Satie. Portada: Foto de Harrie George y diseño de John Berg.
¡Gran programa! Como siempre. Gracias.